domingo, 5 de noviembre de 2017

Mindfulness


Imagen relacionada

¡Hola de nuevo!
Ya llevaba tiempo sin pasar por aquí y como os dije el viernes a través de mi página de Facebook, este fin de semana toca volver a la carga con el Blog y con esta nueva entrada sobre Mindfulness.

Antes de explicaros cómo lo estamos trabajando este año en el cole, os pongo en antecedentes sobre el origen de esta actividad:


Mindfulness es un término que se podría traducir como "Atención Plena". Su origen se remonta a la psicología budista.

Su popularidad en Occidente fue propiciada en los años 70 por Jon Kabat-Zinn (profesor de medicina estadounidense).
Esta práctica está basa en la creencia de conectar con nosotros mismos, a través de la atención plena, para rebajar el estrés. Se trata de ser conscientes de nosotros mismos.
Diversos estudios aseguran que practicar Mindfulness desarrolla la Inteligencia Emocional, reduce la ansiedad, aumenta la felicidad y mejora la concentración y la memoria.
Con tantos beneficios, ¿por qué no aplicarlo en las aulas y en casa con nuestros hijos e hijas? 
Pues eso mismo pensé yo, no hay nada que perder. Solo podemos obtener cosas buenas con esta práctica.

Los niños y las niñas de hoy en día están sometidos casi al mismo estrés que los adultos. Además, cuentan con muchos estímulos alrededor que no favorecen la calma y la tranquilidad: móviles, tablets, consolas, televisión, etc. Esto hace que, sin darse cuenta, cada vez consigan mantener durante menos tiempo su atención y su interés en algo concreto ya que siempre están anhelando nuevos estímulos de forma contínua, casi sin disfrutar del momento.

La práctica infantil de técnicas como Mindfulness nos van a ayudar a trabajar la relajación y la concentración, algo que cada vez es más necesario en nuestras aulas.




Os cuento a continuación cómo lo estoy llevando a cabo y las cosas que se necesitan.

Para practicar Mindfulness no necesitamos más que un espacio tranquilo, alejado de ruidos, que nuestros alumnos/as se encuentren en una postura cómoda y un ordenador para reproducir los audios para la meditación guiada. 
Nosotros lo empezamos practicando sentados en la silla y ahora lo hacemos sentados sobre la alfombra del rincón de lectura. Para que el ambiente sea más relajado bajo las persianas del aula.

En clase lo estamos haciendo tres veces a la semana, aunque si noto que a lo largo del día mis alumnos/as han estado muy inquietos, también realizamos meditación. No son necesarios más de 10 minutos para ponerlo en práctica.

El primer día, les expliqué de forma sencilla en qué consistía el Mindfulness. También hablamos sobre las normas básicas para llevarlo a cabo y que funcione: no se puede hablar, cerrar los ojos, tomar una postura cómoda e intentar movernos lo menos posible, no hacer ruido, escuchar atentamente.

Mi experiencia la primera vez fue un poco desastrosa: varios alumnos no paraban de abrir los ojos, otro hacía ruidos constantemente, otro se reía... Es lo que os he comentado al principio sobre el estrés infantil, tener un momento de calma y valorarlo les cuesta mucho. 
Después de un mes de práctica os diré que su conducta hacia la práctica de Mindfulness ha cambiado mucho. Ahora les encanta y se mantienen completamente en silencio y atentos.




Os dejo varios enlaces interesantes con libros, audios y con el Programa Aulas Felices, que se está llevando a cabo en algunos coles de Aragón con muy buenos resultados.


Libro "Educación Mindfulness"  de Daniel J. Rechtschaffen.

Libro "Burbujas de paz"  de Sylvia Comas.



Ejemplo audio Mindfulness (tenéis muchos más en Youtube).


¡Ah! y los papás y las mamás también os podéis animar a ponerlo en práctica en casa.